TENIS DE ASES: ALGO HABRÁN HECHO

En los últimos años, la cartelera de espectáculos ha sido insistente en los homenajes a figuras legendarias del pasado mas o menos reciente. El público busca ese contacto “directo”, que convierte a la imagen del poster en un mortal de carne y hueso. Por eso el comentario ocurrente que surgió en la conferencia de prensa del jueves 12 en Nordelta no resultaba tirado de los pelos: Vilas, Borg, Wilander y Cash parecían los Rolling Stones

Texto: Marcelo León
Testimonios: Julián Capasso
Fotos: Carlos Monti

Ahí estaban, respectivamente, el hombre que izó la bandera argentina en el mapa mundial del tenis, el sueco al que muchos consideran como el más grande de todos los tiempos, su heredero y compatriota, y el carismático y excéntrico australiano. Distendidos con la prensa y afectuosos con los fanáticos, a la espera de salir a jugar.

El viernes llegó caluroso a Parque Roca. No era inesperada la presencia de tantos chicos: la promesa era de una clase doble de tenis y de historia. El último sol del verano a pleno, y en la cancha Pat Cash y Mats Wilander se diviertien y entretienen a un público escaso y tempranero. Ambos están en buena forma, y combinan destreza con humor. El de la vincha a cuadros no se privó de nada: jugó al fútbol con un alcanzapelotas, le pidió el teléfono a una promotora, intentó chantajear al juez y hasta imitó los grititos pasionales de Sharapova. De los cuatro es el más joven, también el que mejor estado físico ostenta, y esa fue la diferencia que le permitió imponerse a Wilander, tanto en esa tarde como en la del sábado. Pero Wilander no se quedó atrás. El serio capitán del equipo sueco de Copa Davis bailaba antes del saque, “vendía” autógrafos a dos pesos en pleno partido, y luego de una mala pelota, le cedió su raqueta a un recogepelotas que jugó en su lugar.

Pero el plato fuerte era ver a los mas grandes, en edad y en pergaminos. Los espectadores ovacionaron a Björn Borg, que hizo gala de su bajísimo perfil, mal confundido con frialdad. Y estallaron con Guillermo Vilas, quien asistió a la fiesta de riguroso negro. Borg es el ex jugador con menos pinta de haber jugado a algo que pueda existir. Sin embargo, aún con poca respuesta física, conserva la precisión y la sapiencia del que nace campeón. Y Vilas jugó como siempre: para ganar. Se había entrenado especialmente para la ocasión, y en más de un momento del primer partido la ansiedad lo hizo presa. Aún así, el apoyo incondicional de la gente fue el motor de una zurda llena de trucos y efectos, que levantó un 1-5 en un segundo y trabajoso set para que el aplauso final pareciera eterno.

El sábado fue propicio para que el público se multiplicara, en una tarde con ruidos de motores del TC como música de fondo. Las 6000 personas que se dieron cita presenciaron las revanchas del día anterior, y fue posible volver a gozar del esitlo de Cash y Wilander, parteniers reconvertidos en showmen, y el clásico histórico que otra vez tuvo a Vilas como ganador. Esta vez los partidos fueron a un solo set, para así dar pronto paso a los dobles. Y ahí los tenistas (¿artistas?) se debieron a su público, e hicieron lo necesario en pro del espectáculo. ¿Problemas para rematar? Vilas no dudó en bajar la red un par de veces para que Cash ajusticiara. ¿Faltan pelotas? No importa, Wilander siempre lleva sus “pelotas imaginarias”, y con una de ellas jugaron el punto más celebrado de la tarde. Pero claro, la gente siempre pide mas, y nadie se iba a ir sin el souvenir, y el encargado de repartirlo era Vilas, que materializó su fantasía de autor, y así hubo Gran Willy para todos.

Como cierre, llegó el momento de la premiación para todos, luego las palabras de agradecimiento y la lluvia de champagne. Pero el verdadero final, el que se prolongó por casi una hora, fue el gesto que ya es habitual en Vilas, que firmó autógrafos y se sacó fotos con su público, la mayoría demasiado jóvenes para haber vivido sus épocas de profesional, pero con la capacidad para reconocer y celebrar a los que escriben la historia.

2 pensamientos en “TENIS DE ASES: ALGO HABRÁN HECHO

Replica a yerica prado Cancelar la respuesta